122 maristas, hermanos, laicos y laicas de las 25 unidades administrativas del Instituto llegaron el domingo 7 de abril a El Escorial, España, para participar en la III Asamblea Internacional de la Misión Marista. Representan todas las realidades del Instituto, desde la Administración general hasta las redes maristas. También participan algunos representantes de otras congregaciones de la Familia Marista. El encuentro, como indican las Constituciones 119, “es una oportunidad para compartir experiencias, escuchar la realidad, discernir prioridades y proponer directrices e incluso estrategias, para la vida y misión maristas a nivel global”.
El primer día de la Asamblea, 8 de abril, se dedicó a la acogida e integración, con dinámicas destinadas a introducir al grupo en el espacio de la casa y a conocerse mutuamente. Los participantes se dividen en 11 mesas, que serán el espacio privilegiado de reflexión y vivencia a lo largo de la semana.
El H. Pepe Sánchez, director del Secretariado de Educación y Evangelización, abrió el encuentro. A continuación, el Hermano Ernesto Sánchez, Superior general, dio la bienvenida a los participantes, sugerendo alcunas motivaciones para el grupo: “El carisma Marista, que se nos ha transmitido a través de Marcelino y de los primeros hermanos, así como de todos los hermanos y laicos que a lo largo de más de 200 años lo han vivido y transmitido, es hoy para nosotros un don. Estamos invitados a vivirlo en profundidad, adaptándolo al contexto actual y a continuar compartiéndolo y transmitiéndolo a las nuevas generaciones.” El H. Ernesto recordó igualmente como el primer día de la Asamblea coincide con la Solemnidad de la Anunciación, dado que el 25 de marzo coincidía con la Semana Santa: “Como Maristas, María nos inspira en nuestra vida y misión. En la Anunciación, Ella supo escuchar la llamada de Dios y generosamente dijo ‘sí’, aun cuando no todo parecía claro“ (leer el texto completo).
También tomó la palabra el H. Abel Muñoz, provincial de Ibérica, anfitrión de la MIMA. Lo hizo invitando a los participantes a tener presente 3 claves pedagógicas para la actuación del carisma marista: pedagogía de la sonrisa, pedagogía del cuidado y pedagogía de la lentitud (leer el texto completo). “Os invito a ser audaces para mirar al futuro, para anticipar la novedad, para aceptar la mano que nos ofrece el compañero, para dejar que el Dios de Jesús nos ilumine y nos muestre el camino: ‘yo estoy con vosotros todos los días’”, concluyó el H. Abel.
El H. Alex Mena, de la Comisión Preparatoria, coordinó la siguiente etapa. Tras algunas indicaciones prácticas sobre la casa y el día a día del encuentro y momentos de presentaciones, antes del almuerzo, los participantes se reunieron por regiones. Cada región recibió un elemento del logo de la MIMA (Hermitage, puertas, ventanas y Gier) y fue invitada a reflexionar sobre lo que podría significar para la misión marista. Las regiones tenían la tarea de redactar un breve mensaje vinculado al elemento del logo que sensibilizara a la Asamblea.
Pasado el almuerzo y el descanso, el grupo continuó la dinámica de integración, esta vez trabajando en mesas. A los 11 grupos se les plantearon dos preguntas: ¿cómo te sientes al poner en práctica el sueño de la misión marista? ¿Qué oportunidades hay en tu propia situación local que puedan inspirar a todo el Instituto? A este respecto, cada grupo eligió dos oportunidades y las presentó en la sesión plenaria.
El H. Luis Carlos Gutiérrez, Vicario general, también fue invitado a dirigirse a la audiencia. Recordó la naturaleza apostólica del Instituto y subrayó que la misión es poliédrica, invitando a los participantes a describir en qué consisten las diferentes caras de la misión en el Instituto. Destacó también el don de la vocación marista laical, que no es sólo una realidad demográfica, sino una realidad del Espíritu. “La presencia del laicado non es tan solo un asunto necesario, pero una realidad que ha ido más allá”, dice el H. Luis Carlos (leer el texto completo).
El día terminó con la celebración eucarística, presidida por el P. Pedro García, capellán de la MIMA.