“¿Acaso no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el Camino…?” (Lucas 24,32)
La última Jornada del III Foro Regional América Sur dio comienzo una vez más con la meditación de la mañana y una oración pronunciada y cantada en la que la presencia de María es siempre abrigo y coraje. La Palabra narró la escena de los discípulos de Emaús, su experiencia con el Resucitado, ese “huracán” que los empujaría a salir al Camino, desconocido y riesgoso, con un único salvoconducto: el corazón ardiendo por su amorosa Presencia y la confianza en su Buena Noticia…
Todos los participantes fueron invitados a hacer vida esa Palabra, que iluminó la reflexión sobre la integración y la reconfiguración regional en marcha, preguntándose: ¿Qué nos hace a nosotros arder el corazón? ¿Qué nos hace sentir que el proyecto de reconfiguración de la Región es de Dios?
Para nutrir aún más el discernimiento que estas preguntas suponen, el Hno. Óscar Martín, Consejero General del Instituto, ofreció una exposición centrada precisamente en el futuro de la Región. Su intuición, su vasto, rico y diverso presente, sus fortalezas y fragilidades, y también los sueños que sueña, fueron abordados dialogando, en un itinerario compartido, los por qué, los para qué, los cómo y los cuándo de una reconfiguración posible de América Sur.
Al término de la tarde, la visita a la Basílica de Nuestra Señora de Luján permitió poner las esperanzas e inquietudes de este Foro, y todo lo en él transitado, bajo la protección de la Virgen, bajo su milagroso manto. Y allí mismo se anticiparon los contenidos de una Carta Manifiesto que, una vez completada, rubricará los compromisos y anhelos vocacionales expresados en el evento.
Por último, el Hno. Luis Carlos Gutiérrez, en nombre del Hno. Ernesto Sánchez, del Gobierno General y del suyo propio, dirigió a los Maristas reunidos en el templo unas sentidas palabras de Envío que, junto con la oración, la bendición y el abrazo final, resumieron y confirmaron el valor del histórico encuentro.