El 4 de diciembre, el 6° año de Ciencias Sociales y Humanidades del Sagrado Corazón de San Francisco, Córdoba, presentó a la comunidad los resultados de un trabajo de investigación realizado a lo largo del año por su Observatorio Social (OSM), que este año volvió a estar vinculado a las problemáticas y realidades de las infancias, adolescencias y juventudes y abordó los factores que influyen para que los adolescentes de San Francisco padezcan bullying y presión social.
El estudio, centrado en el bullying, una de las problemáticas que vulneran los derechos de las infancias, adolescencias y juventudes y que, según UNICEF, en nuestro país padecen el 70% de las y los adolescentes, ofreció datos contundentes sobre las situaciones de acoso y discriminación que padecen.
Con la coordinación de los profesores Belén Pivetta, Agostina Audino, Renzo Brambilla y Agustín Arnaudo, alumnas y alumnos del 6to. de Sociales y Humanidades procedieron a la recolección y el análisis de datos que obtuvieron en las entrevistas realizadas a más de 1.900 adolescentes del Nivel Secundario de San Francisco. 46,01% fueron mujeres y 51,61%, varones: 61.52% entre 14 y 17 años, 33.23% entre 11 y 13 años y el resto de 18 años o más.
Uno de los resultados más impactantes da cuenta de que el 35,66% de los chicos y las chicas entrevistados se sintió alguna vez víctima de maltrato. Aun cuando es preciso considerar que no todos los que lo padecen lo asumen, o tienen plena conciencia de padecerlo, un 69,65% de los restantes manifiesta haber visto al menos una situación de acoso o maltrato en la escuela avalando al 65,41% de las y los jóvenes que señalan a la escuela como el lugar donde más lo padecen.
El desglose de lo que expresaron los testigos de una situación de bullying informa que el 45,53% fue sólo observador, el 24,50% fue observador y, además, se lo comunicó a las autoridades, el 24,74% fue observador e intervino personalmente de forma positiva y el 4,03% intervino de forma negativa.
En otro sentido, el 49,53% de los consultados se sintieron forzados a modificar su aspecto o su conducta para ser aceptados en sus contextos, el 23,65% coincide en señalar las incomodidades que surgen en las actividades extracurriculares y el 18,14% describe a las redes sociales como espacios de vulneración frecuente.
Sobre la incidencia de la presión social en sus apreciaciones y decisiones, el 66,51% manifiesta haberla sentido hasta el punto de adecuarlas para acomodarse ya en su aspecto físico (31,57%), sus hábitos y consumos (22,93%) y sus relaciones (17,94%).
Toda esta información estadística, pionera, no solo contribuyó a dimensionar la magnitud local del problema: ofrece a las y los jóvenes, y a las comunidades educativas, la oportunidad de comenzar a pensar y profundizar la percepción e identificación del bullying, analizar lo que impacta y lo que vulnera y el modo en que juega la necesidad de aceptación de los pares y el sentido de pertenencia en la respuesta a la presión social que los afecta procurando, para abordarlo, las mejores estrategias.