Celebración del cumpleaños del H. Ernesto, Superior General

La comunidad de la Casa General, los Hermanos de la Administración General, el Consejo General y sus colaboradores celebraron el 21 de febrero la vida, el don de la vocación y el liderazgo del Hermano Ernesto Sánchez Barba, Superior General. La Provincia Cruz del Sur, unida a la celebración, rogó por él y por su delicada misión pidiendo para su servicio la luz del Espíritu Santo y la fuerza e inspiración de la Buena Madre y san Marcelino.

El H. Ernesto nació en Guadalajara, México, el 21 de febrero de 1961, y es el noveno hijo de la familia de dieciséis formada por sus padres Carlos y Juanis.

El Hermano Ken McDonald, Vicario General, durante la misa, habló en nombre de todos los presentes. Reproducimos abajo sus palabras

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, H. ERNESTO!

En primer lugar, quiero comenzar deseándole a Ernesto un feliz cumpleaños y muchas bendiciones en este día. He observado que, en muchas partes del mundo marista, cuando un hermano cumple años, rezamos en acción de gracias por su familia, su vida y su vocación. Siguiendo esta tradición, hoy damos gracias por la familia de Ernesto, que es muy numerosa. Por eso, recordamos a su madre y a su padre, a sus muchos hermanos y hermanas, y todas las bendiciones que han transmitido a Ernesto. Muchos maristas han sido acogidos en su hogar familiar, y damos gracias a Dios por su gran generosidad, por el aliento que ha brindado a Ernesto y por el evidente espíritu de familia que él refleja.

Es difícil separar la vida de la vocación porque, en realidad, para todos nosotros seamos religiosos, casados, solteros u ordenados la vocación es nuestra vida.

En el último Capítulo General, se nos llamó a ser un faro de esperanza en este mundo turbulento. Poco sabíamos cuán turbulento se volvería el mundo. Imagino que, cuando Ernesto reflexione sobre su tiempo como líder, comprenderá mejor el llamado que recibió para asumir este rol en un momento crucial y el impacto que ha tenido tanto en el Instituto como en la Iglesia.

Durante los últimos ocho años, hemos enfrentado la pandemia, hemos visto a hermanos y maristas en peligro, y hemos sufrido la tragedia de la muerte de nuestro hermano Luis Carlos.

Al celebrar hoy la vida de Ernesto, podemos recordar las muchas cualidades que aporta a este papel de liderazgo en tiempos difíciles. Es un hombre de gran fe: fe en la visión que Marcelino tenía del Instituto; fe en la Buena Madre, que viaja con nosotros; y fe en el Espíritu de Dios, activo en el mundo. Esta fe lo lleva a ser un hombre de esperanza, que sigue alimentando nueva vida para el Instituto.

También valoramos a Ernesto como un hermano que se preocupa por nosotros y por todos los maristas con quienes entra en contacto. Nunca deja de ofrecer su apoyo a aquellos de entre nosotros que enferman o sufren.

Ernesto también tiene un gran conocimiento de nuestra historia y de dónde venimos, algo que es muy importante en este año en que celebramos el 200 aniversario del Hermitage. Nos recuerda que contamos con el apoyo de los maristas que vivieron antes que nosotros.

Ernesto, ¡feliz cumpleaños y muchas bendiciones en tu día! Rezamos en acción de gracias por tu familia y por todo el apoyo que te han dado en tu vida vocacional, que ha estado al servicio del Instituto y de todos los maristas.

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H. Ken McDonald, Vicario general

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