En la mañana de Roma, con su último gesto pascual, a los 88 años, falleció Francisco, “nuestro Papa” y el Papa del mundo. Un pastor cuyo legado transformador se empeñó en renovar la misión y fortalecer la fidelidad de la Iglesia al Evangelio.
“Ha fallecido el papa Francisco”. Con estas palabras, el cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, anunció con tristeza el fallecimiento del Papa Francisco, el 21 de abril de 2025:
«Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre.
Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados.
Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino».
Francisco, el Papa del mundo y “nuestro Papa”, fue también cercano a la Familia Marista. Reconoció en educación la herramienta clave para construir una sociedad más justa y solidaria. Su apoyo a la congregación se manifestó en diversas oportunidades a través de audiencias, reconocimientos y la promoción de su visión educativa.
“Ustedes pertenecen a una gran familia rica de testigos que han sabido donar sus vidas por amor a Dios y al prójimo” ―nos decía en una audiencia en 2017―. Agradezco al Señor y a María, Nuestra Buena Madre, como a san Marcelino le gustaba llamarla, la presencia en la Iglesia de su vocación y servicio, y pido para ustedes el don del Espíritu Santo para que, movidos por él, lleven a los niños y jóvenes, como también a todos los necesitados, la cercanía y la ternura de Dios.
Los Maristas, Francisco, agradecemos tu ternura, tu convicción, tu coherencia y ejemplo de vida evangélica y custodiaremos la riqueza de tus gestos y tu legado de padre y pastor.