Jóvenes de Paraguay y del Ramal Jujeño vivieron su Pascua y celebraron el encuentro con Dios Vivo 

Las Pascuas organizadas por la Pastoral Juvenil Marista en Paraguay y en Jujuy (Argentina) convocaron a las y los jóvenes a transitar con Jesús la Semana Santa y a dejarse resucitar con él a una vida nueva, reconociendo a un Dios que vive y los quiere vivos, que anima sus sueños y los impulsa a transformar la historia. 

“…corremos el riesgo de tomar a Jesucristo sólo como un buen ejemplo del pasado, como un recuerdo, como alguien que nos salvó hace dos mil años. Eso no nos serviría de nada, nos dejaría iguales; eso no nos liberaría. El que nos llena con su gracia, el que nos libera, el que nos transforma, el que nos sana y nos consuela es alguien que vive.  Es Cristo resucitado, lleno de vitalidad sobrenatural, vestido de infinita luz.  Si alcanzas a valorar con el corazón la belleza de este anuncio y te dejas encontrar por el Señor; si te dejas amar y salvar por Él; si entras en amistad con Él y empiezas a conversar con Cristo vivo sobre las cosas concretas de tu vida, esa será la gran experiencia, esa será la experiencia fundamental que sostendrá tu vida cristiana.  Esa es también la experiencia que podrás comunicar a otros jóvenes.” 

(Palabras del Papa Francisco a los jóvenes en la Exhortación Christus vivit, N° 124 y 129)

En la zona Paraguay se organizaron dos Pascuas Juveniles, ambas bajo el lema «Juntos con Él». La primera de ellas se realizó en la Casa de Encuentros Marista, de Coronel Oviedo, donde se reunieron 235 adolescentes de la primera y segunda travesía del Movimiento Navegar acompañados por sus Timoneles y un equipo de animadores musicales. El encuentro se desarrolló durante los días Jueves, Viernes y Sábado Santos.

El primer día estuvo centrado en la llamada a perder el miedo a compartir, a abrirse al otro, a perdonar, con la invitación a atesorar los gestos de amor y de entrega. Los participantes descubrieron a un Jesús humano y cercano, que propone vivir la fraternidad desde lo simple y auténtico. La jornada concluyó con una celebración eucarística comunitaria. 

Al día siguiente, la cruz fue en símbolo de amor fiel y perdón profundo, que interpeló el corazón de cada joven, invitando a reconocer el dolor, abrazar la entrega y la renuncia. Durante la mañana del sábado la propuesta estuvo centrada en el corazón de María, refugio y escuela de esperanza; y por la tarde, se culminó celebrando la Vigilia Pascual, reconociendo a Jesús resucitado, a Jesús vivo.

Simultáneamente, en la Casa Buena Madre, de Ytu, se realizó otra Pascua Juvenil, destinada las y los jóvenes de la tercera travesía del Movimiento Navegar. Allí se congregaron 85 navegantes junto a sus respectivos timoneles, compartiendo una hermosa experiencia de fraternidad y comunidad.

El Jueves Santo reflexionaron sobre el cuidado de los vínculos, desde la clave vocacional y social. Se valoró la forma en que Jesús construía y sostenía vínculos auténticos con sus discípulas y discípulos, incluso en la fragilidad. El Viernes Santo contemplaron el dolor humano y ponderaron la entrega voluntaria, reconociendo a Jesús como quien elige entregar su vida de forma consciente, incluso en la crudeza de la cruz. Desde allí se animó a cada joven a identificar sus propias formas de entrega, resistencias y sentido. 

En la mañana del Sábado Santo exploraron el corazón de María desde el dolor, la incertidumbre y el miedo. La propuesta tomó cuerpo en la visita a una comunidad local, reconociendo a Jesús y María en los rostros de la gente de la Capilla Virgen de los Remedios. Por la tarde, la celebración de la Vigilia Pascual los encontró profundamente transformados, llenos de vida, sostenidos por la fe en un Jesús que vive, y llamados a irradiarlo en el mundo. 

Por su parte, en la Escuela Técnica Herminio Arrieta, en la localidad de Libertador Gral San Martín – Jujuy, más de 150 adolescentes y jóvenes se reunieron a reflexionar y contemplar activamente los acontecimientos más importantes de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Organizada por la Pastoral Juvenil de la Escuela, esta Pascua reunió a estudiantes de distintos colegios de la ciudad, jóvenes del CEC Marcelino Champagnat, grupos juveniles de San Pedro e integrantes de la Comunidad Laical de Fraile Pintado.

El Jueves Santo reflexionaron sobre el acto de amor y servicio de Jesús en la última Cena con los apóstoles. El Viernes se conectaron y sensibilizaron con la entrega de Jesús en la cruz. Y el Sábado Santo, luego de contemplar el amor de la Buena Madre, de pie junto al madero, cada joven estuvo invitado/invitada a encontrarse con un Jesús Amigo que le revelaba el rostro del Dios vivo “que grita de alegría por ti, te renueva con su amor y baila por ti con gritos de júbilo” (So 3,17) porque “para Él realmente eres valioso, no eres insignificante; le importas porque eres obra de sus manos.” (Christus vivit N° 114 y 115).

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