Hace 236 años, en el pueblo de Marlhes, en Francia, nacía Marcelino José Benito Champagnat, fundador del Instituto de los Hermanitos de María. Con su nacimiento, también nacía un proyecto educativo que pone al amor y al acompañamiento en el centro de toda práctica pedagógica. Y al mismo tiempo, una educación accesible para niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad. En este día, damos gracias por su vida, que se entrelaza con la historia de miles de personas cuyas vidas fueron transformadas por su respuesta al llamado de Dios.
El 20 de mayo de 1789 −año que comienza la Revolución Francesa− nace Marcelino José Benito Champagnat. El lugar es una modesta casa construida con piedras, en la aldea de Rosey, que actualmente pertenece a la comuna de Marlhes, a 900 metros sobre el nivel del mar, ubicada en el cantón rural de Saint-Genest Malifaux. El centro urbano más grande está a 23 km, en Saint-Etienne, frontera sur este del Departamento de Loira. En aquella época, vivían en Marlhes aproximadamente 2.700 habitantes. Esta era una región poco fértil y fría, y cuando nació Champagnat, había una alta tasa de mortalidad infantil (30% de las muertes anuales) y también la mortalidad juvenil era muy elevada.
Alrededor del 60% de la población estaba formada por agricultores. Es en este contexto típico rural donde encontramos a la familia de Jean-Baptiste Champagnat, el padre de Marcelino, un pequeño comerciante y labrador que llegó a ocupar cargos públicos durante la Revolución. La madre, Marie-Thérèse Chirat, era ama de casa y se dedicaba a cuidar a los nueve hijos que tenía la pareja. Después de Marcelino, nació también el décimo.
Años más tarde, el Padre Marcelino Champagnat recordaría su infancia en la solicitud de reconocimiento del Instituto, enviada al rey Louis-Philippe. La carta dice así:
“Nacido en el cantón de St. Genêt Malifaux, departamento de la Loire, sólo con infinitas dificultades pude llegar a leer por falta de maestros capacitados: desde aquel momento sentí la urgente necesidad de una institución que pudiera, con menos gastos, hacer en las zonas rurales lo que los Hermanos de las Escuelas Cristianas hacen en las ciudades” (Cartas, n. 34).
Peregrinación virtual a Rosey (Memorial Marista – Brasil Centro-Sul): http://q-r.to/bak66P