El segundo día de la Asamblea Internacional de la Misión Marista, 9 de abril, tuvo como leitmotiv el verbo “descubrir” y buscó profundizar en el contexto en el que vivimos, tanto el Instituto como la Iglesia.
El día comenzó con una oración dirigida por la Región de Oceanía, que propuso una reflexión sobre “la lenta obra de Dios”. A continuación, los trabajos del día fueron coordinados por los hermanos Niño Pizzarro, director adjunto del secretariado de Educación y Evangelización, y Ángel Diego García Otaola, director del secretariado de Solidaridad. Tras resumir la primera jornada de la asamblea, se dio la palabra al hermano Ernesto Sánchez, Superior general.
H. Ernesto: Somos una familia global
La presentación del Hermano Ernesto se tituló “Somos una familia global”. Repasó los procesos llevados a cabo en los últimos años, especialmente las orientaciones dadas por el último capítulo general, que han sido recogidas en el plan estratégico del actual gobierno general. Preguntó, entonces, al grupo: A partir de tu experiencia, ¿Qué te ha ayudado en la Familia Marista Global? ¿Qué desafíos encuentras?”.
El Superior general aprovechó también el contexto de la celebración del bicentenario de la construcción del Hermitage para reflexionar sobre los fundamentos del Instituto, “la solidez de la roca”, la valentía de Champagnat para mirar más allá. San Marcelino pudo hacerlo gracias “al hecho de escuchar y seguir las intuiciones que el Espíritu le dictaba en su corazón. Y, a la vez, a la confianza en que todo eso que sucedía y realizaba no era su propia obra, sino la obra de Dios y de María.” El recuerdo de la construcción de Notre-Dame de l’Hermitage será el telón de fondo del próximo Capítulo General. En vista de ello, el H. Ernesto pidió a los participantes que reflexionaran sobre ¿cuál roca sólida debo apoyarme personalmente y ¿qué fundamentos necesitamos como Familia Marista Global? Preguntó también: ¿Qué significa hoy para nosotros vivir una réplica de esa experiencia de construcción de parte de Marcelino y los primeros hermanos? Y recordó dos aspectos que ya había sugerido en la circular “Hogares de Luz”: la espiritualidad, la columna fundamental que nos ha dejado Champagnat, y el cuidado de la vida.
Hermana Liliana: sinodalidad, vida religiosa y profecía
La segunda ponencia de la mañana corrió a cargo de la Hermana Liliana Franco, presidente de la CLAR, que ayudó el grupo a “escuchar la realidad de la Iglesia”. Su ponencia se titulaba “Desafíos para la Iglesia hoy: sinodalidad, vida religiosa y profecía”. En esta tarea, destacó 5 claves que considera esenciales: el arte de escuchar, la mirada contemplativa de la realidad, desaprender las formas antievangélicas, la itinerancia existencial y geográfica, salida misionera en intercongragacionalidad e interculturalidad.
La Hermana Liliana finalmente dijo que “abrazando nuestra realidad eclesial, sentimos que a la Iglesia le hace bien tomar decisiones”. Y señaló que las decisiones y actitudes necesarias son:
- Permitir que cada uno y al ritmo del Espíritu aporte su don.
- Con el corazón centrado en Dios, ser la sapiencial presencia que humaniza
- Ser en autenticidad, para ser con otros y permitir que fluya en libertad la gracia.
- Ensanchar el corazón hasta que haya lugar para todos
- Que el servicio sea desde la Palabra que da sentido, vertebra y abre horizontes de renovación y compromiso.
- La misión contribuye a la transformación
- La misericordia debe ser el dinamizador del compromiso
- La escucha, es el susurro que trae la conversión
- La llamada es a la mística del encuentro
- Todo requiere de tiempo, procesos y paciencia.
Indagación apreciativa, teoría U y conversación en el Espíritu
El trabajo de la tarde comenzó con la explicación de la metodología que se utilizará en el encuentro. Marcelo de Moraes Cordeiro, que acompaña la planificación estratégica de la Provincia Brasil Sul-Amazônia, es el facilitador y explicó a los participantes los tres enfoques metodológicos que acompañarán los días de trabajo:
- Teoría de Indagación Apreciativa: es un enfoque de cambio organizacional que invita a explorar las riquezas de nuestra historia y presente, reconociendo las prácticas y relaciones que nos impulsan y, en lugar de diagnosticar y corregir problemas, anima a los miembros de la organización a imaginar y construir colectivamente un futuro deseable e inspirador. Sigue un proceso de cuatro fases: Descubrimiento, Sueño, Diseño y Destino. Al adoptar este enfoque, fortalecemos nuestra identidad, promovemos una cultura organizacional positiva e inspiradora, y avanzamos en la realización de nuestra misión de transformar vidas a través de la educación y la solidaridad.
- Teoría U: se basa en un proceso de aprendizaje y cambio personal profundo que involucra tres dimensiones principales: mente abierta, corazón y voluntad abiertos.
- “Conversación en el Espíritu”: es la metodología desarrollada e implementada a lo largo del camino sinodal y presenta una forma de diálogo en la que el espíritu puede soplar libremente y fomentar conversaciones significativas y transformadoras
La segunda parte de la tarde se dedicó a revivir las dos reflexiones realizadas por la mañana. En primer lugar, los participantes reflexionaron personalmente, poniendo en ello su corazón, su mente y su voluntad, ayudados por algunas preguntas:
- ¿Qué sentimientos experimenté al escucharlos (corazón)?
- ¿Qué reflexiones me despertaron o reforzaron(mente)?
- ¿Qué experimentas que se está abriendo en la misión marista como futuro o posibilidad (voluntad)?
Tras la reflexión personal, en los grupos cada uno expresó sus propias conclusiones, que luego se compartieron en la sesión plenaria.
La oración mariana concluyó los trabajos del día y, tras la cena, hubo una noche cultural con juegos, canciones y bailes organizados por las regiones de Oceanía y África.