Los días 19, 20 y 21 de octubre 26 educadoras y educadores de los Centros Educativos Escolares y los Centros Educativos Comunitarios de los tres países que integran nuestra Provincia compartieron en la Villa de Luján un hermoso espacio de encuentro con la propia vocación en clave de cuidado organizado por las áreas de Misión, Vocación Laical y Patrimonio Carismático Marista.
Las dinámicas de las tres jornadas invitaron a las y los educadores maristas a conectar con el valor del cuidado que Marcelino Champagnat empezó a comprender a muy temprana edad.
En la escuela, Marcelino vio cómo un maestro daba un fuerte bofetón a un compañero suyo maltratándolo y el modo en que un catequista se burló de un alumno con un apodo humillante… Su sensibilidad lo hizo capaz de percibir desde tan temprana edad que el amor de Dios se traduce en gestos y acciones concretos que encuentran en el cuidado su expresión más hermosa.
Cuando llegó a su vida el joven Montagne, con la vulnerabilidad de su enfermedad y su carencia de educación religiosa, se encendió en él definitivamente el propósito de consagrarse a la enseñanza, pero no a cualquier enseñanza sino a una que se distinguiera por la ternura, el cuidado y la presencia.
Desde entonces los maristas procuramos hacer de la espiritualidad del cuidado un estilo propio de nuestro camino vocacional.
Y de la experiencia de «Volver a casa», un viaje vital a nuestras raíces que nos sitúa y nos convoca a estar atentos, cada día, al autocuidado y al cuidado personal y comunitario del don recibido.