Cuidadores del fuego, yesca y leñita

El valiente ejercicio de escucha y diálogo en pequeños y grandes grupos signados por su diversidad fue uno de los valiosos dones de esta etapa consultiva para la comunidad. 

De él surgieron coincidencias significativas como la necesidad de extender y consolidar prontamente la formación y el desarrollo de una Vocación Laical  que sea capaz de recibir y mantener encendido “el fuego” del carisma, nutrida por la presencia de los Hermanos, canónica y jurídicamente organizada y abierta a la creatividad que solo el Espíritu puede inspirar. 

Por su parte, la visita a las salas de Patrimonio Histórico de la Villa nos permitió “hundir” el corazón en nuestras raíces, en la historia de amor que empezó con Marcelino y nos anida hasta hoy. Saber más sobre su origen carismático, su crecimiento en nuestras tierras y la vitalidad de los Hermanos que lo hicieron posible con su entrega y dedicación.

Las señales de identidad que allí se exponen nos interpelaron hondamente sobre la espiritualidad y el modo en que vivimos,  en nuestro ser y hacer de cada día, el carisma vocacional de Champagnat.

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