¿Qué significa para nosotros “evangelizar”, hoy?

El último Documento sobre la Misión Educativa Marista (“Tras las huellas de Marcelino Champagnat”) va de lleno al corazón de nuestra tarea y nos invita a resignificar el sentido de la evangelización ampliando las miradas y caminando «al paso» de nuestros niños y jóvenes,  como Jesús lo hiciera amorosamente junto a los peregrinos de Emaús.

Invitándonos a revisar y repensar nuestras prácticas, repasamos aquí algunos de sus conceptos fundamentales en torno a lo que significa para nosotros «evangelizar» hoy.

Sabemos que la educación es nuestro campo de evangelización. Pero el mundo plural y la diversidad de creencias e increencias con las que convivimos desmantelan a diario nuestros preconceptos y nos desafían a una nueva forma de contemplar la realidad y de poner en diálogo con ella el anuncio gozoso de nuestra Buena Noticia.

En este nuevo tiempo, elegimos estar presentes entre los niños y jóvenes del mismo modo que Jesús estuvo con sus discípulos camino de Emaús y que Marcelino estuvo con los primeros Hermanos en La Valla: a) respetando su conciencia y su ritmo de entender las cosas; b) compartiendo con amor sus preocupaciones; c) caminando a su lado como hermanos y hermanas, acompañándolos, animándolos a dialogar y a abrirse al encuentro con el Dios de la vida en todas las situaciones; d) desplegando gradualmente ante ellos la riqueza y la relevancia de la visión transformadora que tiene Jesús de la humanidad y del mundo.

Los NNAyJ son para nosotros imagen y semejanza de Dios, merecedores de nuestro respeto y ternura sean cuales sean sus circunstancias vitales, sus convicciones religiosas o su búsqueda espiritual. Hemos discernido que evangelizar hoy es ayudarlos a descubrir la dimensión espiritual de sus vidas brindándoles oportunidades para cultivar su interioridad, para experimentar al Espíritu, para desarrollar su capacidad de sorprenderse ante las maravillas de la Creación y ahondar en sus intuiciones sobre lo trascendente y sobre nuestro destino.

Aun cuando nuestra fundamental tarea es animar en ellos el despertar y la maduración  de la fe presentándoles a Jesús, fortaleciendo su relación con la Palabra e iniciándolos en la oración, en la vida sacramental y en las actitudes de servicio y solidaridad, nos sentimos llamados hoy también  a tender respetuosos puentes entre las culturasque se cruzan en nuestra misión.

En este sentido, alumbrados por la luz del Evangelio, afirmamos todo lo que es vivificante en cada cultura y promovemos el diálogo ecuménico e interreligioso valorando la libertad de conciencia de todos y la riqueza de la presencia de Dios en todas las tradiciones religiosas para construir cultura de paz y aprender a trabajar y orar juntos por la transformación profunda que el mundo necesita.

Recomendamos muy especialmente  la lectura completa del Capítulo 4 de Tras las huellas de Marcelino Champagnat: “Somos sembradores de la Buena Noticia” para ampliar y profundizar el tema.

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