La Animación Vocacional de América Sur se renueva y fortalece en acciones comunes

Los días 9, 10 y 11 de Octubre tuvo lugar en la Casa Provincial de Cruz del Sur el Encuentro Regional del Equipo de Animación Vocacional de la Región América Sur. Su intensa agenda de trabajo estuvo centrada en la elaboración de un documento sobre lineamientos estratégicos comunes que orienten e impulsen la Animación Vocacional de la Región.

Con la presencia de los Hermanos Miguel Fernándes Ribeiro (Brasil Centro Sul), Fabricio Barbosa da Fonseca (Brasil Centro Norte), Luciano Taminski (Brasil Sul-Amazonia), Daniel Alberto (Cruz del Sur) e Isidro Azpeleta (Santa María de los Andes),  junto a Cecilia Crévola (Analista de Proyectos RAS), Diogo Galline y Rodrigo Melo (Laicos de Brasil Centro Sul) y el Hno. Paulo Soares (responsable del Equipo de Identidad, Misión y Vocación de la Red de Escuelas Maristas Brasil), se desarrolló el histórico encuentro que responde a un pedido del Instituto y a la necesidad de continuar avanzando en el trayecto iniciado en el Foro Regional de Luján, dialogando proyectos y favoreciendo que las Provincias puedan conocerse cada día más en sus singularidades para articular cada vez con mayor eficacia la riqueza de su interculturalidad.

Desde el inicio del trabajo, el Equipo entendió necesario tener directrices de Animación Vocacional para la Región y propulsar que todas las Provincias que la integran asuman un plan para un trabajo más robusto. Este plan podrá ser elaborado a partir de las orientaciones estratégicas que, entre todos, elaboran. La idea es que estas orientaciones sirvan de guía para caminar en sintonía y que cada uno de los participantes las eleve a su Consejo Provincial ya que será cada Consejo el que las lleve a ejecución estableciendo acuerdos e involucrando a todas las personas ―Hermanos, Laicas y Laicos― y a sus obras en el espíritu de la Animación Vocacional.

La tarea de la Animación Vocacional ―presente desde el despertar vocacional hasta el discernimiento del ingreso a una casa de formación― se desarrolla en un proceso que no es lineal sino circular. Compartir la vida con los Hermanos, estudiar, dialogar, leer y atender a la evolución y a la madurez de una vocación en el tiempo de ese proceso que tiene despliegues y repliegues, avances y retrocesos, requiere una aptitud específica, empática y paciente. Va en paralelo con la que llevan a cabo los Equipos de Vocación Laical en cada Provincia pero está específicamente enfocada en el despertar de la vocación de Hermano Marista. Aun cuando, sin duda, el acompañamiento brindado a los jóvenes en su proceso de discernimiento podrá decantar en muchos casos en la opción por la Vocación Laical y no por la Vida Religiosa, es indispensable cuidar, por lo que ambas vocaciones representan, los modos de la animación que se procuren.

La dimensión del acompañamiento demanda hoy agudizar la comprensión de las nuevas juventudes superando prejuicios. Comprender sus lenguajes, su “ADN”, reconocer sus valores y seguir formándose. Porque las y los jóvenes de hoy también tienen sus sueños. Tienen ganas de vivir algo que haga arder su corazón ―tal como lo expresan tantas veces en sus compromisos solidarios, en el voluntariado― y buscan sentidos en un contexto en el que, además, experimentan fuertes angustias. Pero no proyectan sus vidas a mediano plazo como las pasadas generaciones. Quieren hacer muchas cosas hoy; tienen muchas habilidades y talentos que quieren poner en acción aquí y ahora. Los nuevos paradigmas en los que se mueven desafían nuestra tarea de presentarles a Jesús y compartir con ellos una identidad creyente que llegue a transformarlos y que abra su corazón al “Ven y sígueme…”.

A este propósito,  la agenda de trabajo incluyó el objetivo de trazar «Estrategias Digitales para la Animación Vocacional» porque no es posible hablar con los jóvenes hoy sin interactuar en ese espacio en el que se conectan, se conocen y se reconocen.

Interpelado por la crisis de vocaciones religiosas y asumiendo la Animación Vocacional como una prioridad,  el Equipo se propone potenciarla con la fuerza de una acción regional mancomunada y presentar al Consejo de cada Provincia la necesidad de tener un Coordinador (Hermano o Laico) involucrado y exclusivamente dedicado a la tarea.

Esta iniciativa reforzará, con las orientaciones o Lineamientos Estratégicos comunes, la visibilización de la vocación del Hermano Marista que hoy se necesita recreando nuevos espacios y saliendo al encuentro de los jóvenes en sus propias búsquedas.  La misión nos llama a abandonar nuestras “zonas de seguridad y de confort” territoriales, a ser creativos y contemplarnos como Región con todo lo que eso significa; a sentir las dificultades de los otros como propias y pensarnos globalmente como un todo compartiendo recursos y alternativas.

Y en este proceso creciente, lo fundamental será recordar siempre que somos Testigos de la Alegría. Nadie, y especialmente ningún joven, se sentirá motivado a optar por una vida que no sea alegre, esperanzada, coherente, comprometida y positiva. Así como nuestros encuentros regionales nos generan más vida, projimidad y completud, que ese sea también el fruto de nuestra presencia en nuestras comunidades, y más allá de ellas, como Hermanos Maristas.

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