Domingo 8 de diciembre de 2024.
Queridos hermanos y hermanas:
¡Feliz día! ¡Feliz celebración de la Inmaculada Concepción!
Les saludo desde la Casa San José de Montevideo, donde tendrá lugar esta mañana la inauguración del Centro de Espiritualidad Marista (CEM) de Uruguay. Varios Hermanos nos hemos hecho presentes y también asistirán un gran número de docentes y familias de los centros educativos.
Conmemoramos hoy la proclamación del dogma que establece que nuestra Madre, la Virgen María, fue concebida sin pecado original. Este acontecimiento resalta la pureza y la santidad de María desde el momento de su concepción.
Recogiendo la doctrina expresada a lo largo de los siglos por los Padres de la Iglesia, por los Concilios y los Papas que lo precedieron, Pío IX proclamó solemnemente en 1854 el dogma de la Inmaculada Concepción de María: “Declaramos, afirmamos y definimos verdad revelada por Dios la doctrina que sostiene que la santísima Virgen María fue preservada, por especial gracia y privilegio de Dios omnipotente, en previsión de los méritos de Jesucristo Salvador del género humano, inmune de toda mancha de pecado original desde el primer instante de su concepción”. (Bula Ineffabilis Deus,1854).
María Inmaculada es la recuperación del sueño original de Dios para la humanidad. Su “sí” al proyecto de Dios hace posible la encarnación, que Dios se haga hombre en el seno de una Mujer.
María es la llena de gracia, la toda bella, la toda pura, la toda santa. La belleza de Dios brilla en ella. Es la obra maestra del amor de Dios.
Le pedimos a Ella su ayuda, para que la belleza de Dios resplandezca en nuestra vida y para que seamos “santos e irreprochables en su presencia, por el amor” (Ef 1,3).
¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Vos!
¡Feliz celebración!
Horacio Bustos Hno.Provincial