Abrió sus puertas el Centro de Espiritualidad Marista en Uruguay

| Las palabras del Hno. Horacio Bustos

El 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción y Fiesta Patronal del Instituto, tuvo lugar en la Casa San José de Montevideo la inauguración de la primera etapa de un Centro de Espiritualidad Marista (CEM) que marcará la historia del Uruguay Marista y de toda la Región. Hermanos y Laicos, Directivos, Niños, Adolescentes y Jóvenes, Educadores y Animadores de todas las obras de la Provincia están invitados a recorrer el Camino que propone, a dejarse sorprender por el Encuentro y a vivir una experiencia de interioridad, fraternidad y espiritualidad que motiva y transforma, educa y fortalece.

Más de un centenar de personas respondieron expectantes al llamado de la campana de la Capilla del Bosque, réplica de la que Marcelino utilizaba para convocar a los Hermanos a la oración y cuyo sonido familiar advertía al pequeño poblado de aquel entonces que alguien velaba por ellos y elevaba sus rezos a Dios. Su sonido convocó a la Fiesta de Apertura y dio paso a las palabras de bienvenida del Hno. Alberto Aparicio quien, junto con el Hno. José Khun, Carlos Huidobro, Juan Walder y un destacado y empeñoso equipo de profesionales y técnicos, dieron vida a la idea de una peregrinación del corazón por los hechos, los mensajes, los testimonios y los lugares santos de nuestro fundador.

Un recorrido singularmente valioso se despliega por dentro y por fuera de la Casa religiosa conectando sentidos y paisajes que se integran y comulgan en un mismo propósito: aproximarse a la historia del Padre Champagnat –a sus luces siempre encendidas– y a la línea de tiempo que, con coraje y desvelo, trazaron los Hermanos Maristas desde su llegada a territorio uruguayo desarrollando una fecunda obra educadora que da cuenta de valiosos y esperanzados  frutos hasta nuestros días. 

Por fuera, una serie de esculturas planas de metal trabajadas por el artista uruguayo Giorgio Carlevaro exponen singulares escenas de momentos significativos de la vida de Champagnat, tales como “Marcelino Pastor de Ovejas” o el “Acordaos en la nieve” e incluso el mismo rostro del fundador y de la Buena Madre proyectados en conmovedoras visiones  cuya transparencia y fusión con la naturaleza, y con la luz que las atraviesa según el momento del día en que se contemplen, ofrece una imagen cada vez nueva ensanchando el horizonte de nuestra mirada hacia la trascendencia y enriqueciéndonos con perspectivas siempre únicas y diversas. 

Por dentro, seis salas temáticas –Uruguay Marista, De los Abrazos, Montagne, La Valla, El Pan del L’Hermitage y Sector Hno.Silvestre– que pueden ser recorridas conforme se prefiera, en orden temporal o aleatorio porque siempre habrá un mensaje personal y comunitario  en cada entrega,  abren sus tesoros a quienes se introducen en ellas y convocan a los educadores y educadoras a valorarlos como espacios de aprendizaje experiencial, catequístico y pastoral para sus NNAyJ  poniéndolos en diálogo con sus propios trayectos pedagógicos. Con ese fin, las Salas disponen y proponen dinámicas interactivas abiertas a la intervención de las y los alumnos a partir de las frases, imágenes, canciones y objetos allí expuestos. 

Al término de la recorrida compartida –caminando juntos en fraternidad–, el Hno.Horacio Bustos dirigió un sentido mensaje a los presentes y a continuación el Hno. Alberto Aparicio agradeció la colaboración de cuantos participaron en la preparación del Centro y, a modo de envío, propuso a todos los presentes una reflexión final: 

“Vale la pena recordar en estas circunstancias el episodio vivido por el Hno.Juan Pedro Martinol en su visita al Hermitage cuando el Padre Champagnat, antes de que Juan Pedro emprendiera el viaje de regreso a su comunidad, le ofreció un pan para el camino  y Juan Pedro respondió: ‘Se lo llevaré a mis hermanos y lo comeremos juntos porque es el Pan del Hermitage’”… Qué bueno sería que nos preguntemos todos hoy, y cada vez que ustedes y otros visiten este Centro de Espiritualidad: ¿Qué me llevo y les llevo de esta experiencia espiritual a mis hermanos, a mi familia, a mis niños, adolescentes y jóvenes, a mi comunidad?”

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