
Nacido hace 30 años en el barrio de San Rafael, Mendoza, llamado "la Isla" del Río Diamante, que fue creciendo entre los brazos del río y en el que viven hoy más de 8.000 personas, el Colegio brinda formación integral, contención y calidad educativa siempre creciente a cientos de adolescentes y jóvenes.
El viernes 17 de octubre, con la presencia de los Hermanos Horacio Bustos, Provincial de Cruz del Sur, y Eutimio Rubio, Director General del Colegio Marista San José, Patricia Ruiz, Directora General del Colegio La Buena Madre y San Rafael, Gloria López, Responsable legal, y Teresita Tapia, Directora de la Buena Madre, junto a su Regente, Fernando Caretta, y a toda la comunidad de educadores, alumnos, familias y vecinos, el Colegio celebró su Eucaristía de acción de gracias en la Iglesia Parroquial, presidida por el obispo de San Rafael, Mons. Marcelo Fabián Mazzitelli, y compartió con emoción y alegría el acto de memoria y homenaje a cuantos hicieron y hacen posible la obra.
Entre las personas que recibieron también un merecido agradecimiento, fue reconocido el ex intendente, Vicente Emilio Russo, quien, durante su gestión, cedió el terreno de calle Amapola para la construcción del edificio escolar y además, fue parte de la colocación de la piedra fundacional que marcó el comienzo de las obras. También estuvieron presentes las hijas de María del Carmen De Demajo, Directora de la Institución durante 20 años, la Supervisora de Colegios Privados, Gabriela Bartolucci, el Director del Museo Luis Ballarini, y Directivos de la Escuela Dolores de Bustos y del Jardín de infantes.
La Buena Madre, como toda nuestra vida marista, surgió de un encuentro y de un gesto solidario cuando la Comunidad de Hermanos del Colegio San Rafael, junto a los jóvenes del grupo Navegar y algunos docentes y padres del Colegio, comenzaron a misionar durante el verano en lo que originalmente era un asentamiento con muchísimas necesidades.
Sensibles a ellas, y uniendo sus esfuerzos a la acción pastoral de la Parroquia Nuestra Señora de Pompeya, que acompaña y sirve a la población allí residente, abrieron un Comedor. Pero, de inmediato, advirtieron también la ausencia de una Escuela Secundaria e iniciaron las gestiones pertinentes para que allí hubiera un Colegio que brindase a muchos adolescentes la posibilidad de cursarla. Los alentaba el sueño de Jesús y de Marcelino de brindar cariño, educación y vida a todos los que se acercaran a ella. De algunos de los integrantes del grupo fundador surgió el nombre de “La Buena Madre”, para que ella cobijara bajo su manto a todos los estudiantes y a sus familias.
Muy pronto voluntarios y docentes se fueron sumando, dando tiempo, cariño y mucho esfuerzo para que este sueño se siga renovando…
Desde entonces La Buena Madre, colegio privado de gestión estatal, en sus dos turnos (mañana y tarde), trabaja al aliento de una comunidad educativa que reimagina con empeño cada día la educación para dar siempre más y mejores respuestas a los desafíos de su contexto y de la época.
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