“La experiencia de Voluntariado en el Chaco me invitó a vivir un tiempo distinto en el que el reloj pasaba a un segundo plano. El tiempo cronos perdía importancia dando lugar a un tiempo kairós que habilitó encuentros sencillos, cercanos y fraternos con las distintas personas con las que tuve la gracia de compartir.

Estos encuentros, tanto personales como comunitarios, me ayudaron a revalorizar la potencia de los pequeños gestos que transforman realidades.

Me sentí recibido por una comunidad de laicas y laicos maristas comprometidos, cada uno desde su lugar, en sostener la presencia Marista en Nueva Pompeya: Una comunidad que contagia vida, rebeldía y ganas de transformar.

Tuve la oportunidad de conocer parte de la comunidad Wichí, que generosamente abrió sus puertas y, con su mirada profunda y transparente, nos compartió su historia, su cultura y sus luchas, que ahora también sentimos nuestras.

Por último, reconocí en Nueva Pompeya un suelo sagrado donde hermanos y laicos entregaron gran parte de sus vidas para acompañar y transformar la realidad desde un profundo respeto por el otro, dejando una huella profunda que se transmite.

Gracias a quienes estuvieron, a quienes están y a quienes vendrán.”

Rodrigo Rivas, Administrador del Colegio Marista Santa María, Uruguay.