A lo largo del presente año, que va llegando a su fin, directivos, educadoras y educadores, miembros de comunidades maristas laicales, estudiantes del último año del Secundario, y también familias de distintos Centros Educativos, vivieron sentidas y hermosas jornadas de oración, reflexión y celebración.

Las comunidades del Colegio Marista Ing. Herminio Arrieta y el Centro Educativo Comunitario Marcelino Champagnat (Jujuy), de los Colegios Maristas Nuestra Señora del Rosario y  Marcelino Champagnat del Barrio La Boca-Rosario (Santa Fe), del Colegio Marista San Miguel de Nogoyá (Entre Ríos), del Colegio Marista Sagrado Corazón de San Francisco (Córdoba), del Colegio Marista San Luis (La Plata) y del Marcelino Champagnat (ciudad de Buenos Aires) así como del Colegio Marista Alejo García de Horqueta (Paraguay), abrieron su corazón a un encuentro que procura, de forma situada, escuchando y dialogando profundamente con los actores locales (que, en muchas ocasiones, son los Animadores de la Vocación Laical) leer la realidad de cada espacio y brindar propuestas asertivas haciendo eco a sus necesidades.

También se llevaron a cabo tres Retiros para Educadores/as en Coronel Oviedo (Paraguay), en Montevideo (Uruguay) y en Luján (Argentina), verdaderos espacios de privilegio para detenerse y ejercer el autocuidado y la reflexión personal.

De los mismos participaron más de 60 educadores/as que, en búsqueda de profundizar su fe y sus experiencias espirituales, se acercan a estas propuestas del Área de Vocación para nutrirse y experimentar un tiempo de oración y reflexión comunitaria en torno a la tarea de educar.

Pero además, este año  se gestó un espacio virtual llamado “…Y la casa se llenó de perfume” y en cuyo itinerario de cuatro encuentros se pudieron degustar las Notas Significativas de la Espiritualidad Marista y profundizar sobre su riqueza carismática.

También es preciso destacar la riqueza del encuentro intercultural que se produce en las celebraciones virtuales de Pascua, San Marcelino y Navidad. Todas ellas se han transformado ya en espacios de encuentro en los que, con una dinámica amorosa y sencilla, se comparte un momento de reflexión y oración en tiempos en que la Iglesia nos invita especialmente a juntarnos y celebrar como familia cristiana.

En cada encuentro, virtual o presencial, con educadores/as, directivos/as, familias, estudiantes, siempre hay un tiempo para el diálogo sincero, donde se comparte la vida, los anhelos, los deseos y las dificultades de la tarea de educar. Y con la sencillez propia de los/as maristas, se van entretejiendo tramas con hilos de palabras que enriquecen nuestras experiencias espirituales y  van haciendo camino en forma centrípeta, llevan al centro del corazón, y a la vez en forma centrífuga, porque lo vivido tiende a ser compartido con aquellas personas con las que vivimos cotidianamente.