
El Hno. Provincial, Horacio Bustos, y los miembros del Consejo Provincial de Cruz del Sur que participaron como delegados de la Asamblea Capitular de Tagatay, Filipinas, Hno. Raúl Schönfeld y Hno. César Borja, regresaron a sus comunidades con el corazón pleno de vivencias, enriquecidos en el Espíritu, animados a seguir vitalizando la misión y convocándonos a la construcción de un nuevo Hermitage.
“Siempre hay trabajo por hacer antes de construir: hay que elaborar planos, limpiar y nivelar el terreno” ―expresaba el nuevo Superior General, Hno. Peter Carroll en su mensaje de despedida y envío a los capitulares de todo el mundo al cierre de la Asamblea.
“Champagnat fue un constructor, y su ‘ermita’ aún se conserva. Es antigua, pero ha sido renovada y sigue siendo tan sólida y acogedora como en su época. Las habilidades constructivas de Champagnat no se limitaron a la piedra y la madera. Fue un constructor en múltiples niveles y dimensiones. Fundó dos congregaciones religiosas. Construyó comunidad“―agregó―. “Dio forma a la misión. Infundió confianza. Pero, sobre todo, siempre infundió esperanza.”
“Durante este Capítulo, cuyo tema es «Hogar para todos, río de vida», hemos escuchado al Espíritu Santo llamarnos a construir una nueva ermita. No se trata de una estructura fija en un lugar, sino de una realidad viva que se mueve, como el río mismo, allí donde los maristas viven en la fe, crean fraternidad y dan vida a los demás.
Este capítulo nos ha llamado a todos a ser constructores, como Marcelino…
…constructores de una cultura vocacional: vivir con pasión e integridad, convirtiéndonos en testigos vivos del Evangelio, inspirando y acompañando a otros a descubrir y abrazar su propia vocación marista.
…constructores de una espiritualidad viva, centrada en Cristo, mariana e inspirada en Champagnat, que nos permita encontrar a Dios en las personas, los acontecimientos y los movimientos de cada día y nos anime a responder con amor.
…constructores de comunión: una familia Champagnat que no se vea limitada por la ubicación, el idioma, la cultura o la clase social; un verdadero hogar que da vida a todos, cálido, acogedor e inclusivo.
….constructores de un liderazgo de servicio: donde afrontemos las realidades, incluso las difíciles, con honestidad y esperanza, y luego, de forma sinodal, actuemos con transparencia y fomentemos el diálogo genuino, la participación activa y la responsabilidad compartida.
…constructores de la Buena Nueva. Esta misión viva nos llama a ser corazones acogedores, manos compasivas y mentes creativas para los niños y jóvenes, especialmente los pobres y marginados. Estamos llamados a actuar con valentía y ofrecer esperanza.”
Las llamadas del nuevo Capítulo a todo el Instituto nos conectan, como en un precioso círculo de sentido, con el Encuentro de Equipos Provinciales que nos congregó a comienzos de año en la Villa Marista de Luján, Buenos Aires, para establecer las prioridades y estrategias de Misión del próximo trienio en el marco de la celebración de los 200 años del Hermitage.
La imagen del rompecabezas de la Casa Madre inconcluso, signo que acompañó la Celebración final, se activa en nuestra memoria y nos recuerda la importancia de pensarnos como una red interdependiente en la que cada individualidad hace al valor del todo y aporta a la construcción de nuestra Comunidad.
Cruz del Sur cierra el 2025 y abrirá el nuevo año procurando completar, desde cada uno, desde cada una, en sus lugares y tareas específicas, la construcción de un nuevo Hogar para todos…
Al hacerlo, “nos abriremos a un encuentro más profundo y auténtico con Dios y con el mundo al que estamos llamados a servir. Debemos aceptar nuestras propias heridas y limitaciones como el terreno fértil desde el cual el Espíritu puede obrar con mayor poder. Porque Dios entra a través del quebrantamiento. El caos es el caldo de cultivo de la creatividad” (cf. Hno.Peter Carroll, Superior General).
Y, tal como nos transmitía oportunamente desde Tagatay el Hno. Provincial, abrirnos a este tiempo “como una gracia muy especial de presencia del Espíritu Santo que nos guía, que conduce nuestra vida institucional y que nos está sugiriendo un camino de cara al futuro….Un tiempo para cambiar el corazón para repensar el futuro del Instituto, para captar mejor el querer de Dios sobre nuestra vida y para poder lanzar al Instituto por un camino de mayor profecía y audacia.
Para poner al Instituto Marista frente a Cristo Jesús, nuestra única Esperanza.”
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